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Alberto Fabra podría ver truncado su deseo de acabar la legislatura sin imputados en las Cortes y nada menos que con Camps
El caso Valmor salió ayer de la parada técnica en la que se encontraba desde que la Fiscalía Anticorrupción presentó una querella contra Francisco Camps por el modo en cómo la Generalitat montó el Gran Premio de Europa de Fórmula 1, que acogió Valencia entre los años 2008 y 2012. La Fiscalía del Tribunal Superior de la Comunidad dio ayer su respaldo al escrito del fiscal Vicente Torres, incombustible con los casos de corrupción. En realidad se trataba de una cuestión de trámite, muy técnica, para evitar una perturbación del proceso que motive futuras nulidades porque se daba por hecho el apoyo del fiscal superior Antonio Montabes, y Anticorrupción volvió a señalar al aforado Camps.
Con la cuestión de la competencia resuelta por parte de Anticorrupción, ahora tendrán que
ser los jueces de la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior los que admitan (o no) la querella. La Sala nombró a la magistrada Pía Calderón responsable de estudiar la competencia sobre la querella de Fiscalía y en unos días se conocerá su criterio. Todo apunta a que el aforamiento del que goza Camps arrastrará al resto de los querellados, Lola Johnson y Jorge Martínez Aspar, a una jurisdicción que no les corresponde.
Los tiempos de la Justicia no coinciden con los de la política, pero Alberto Fabra podría ver truncado su deseo de acabar la legislatura sin imputados en las Cortes. Su comodín. El último pleno está programado para finales de marzo -coincidirá con el arranque del primer juicio de Gürtel tras el del asunto de los trajes- y el parlamento se disolverá a principios de abril.
Una patata caliente, otra más, a la que tendrá que enfrentarse el jefe del Consell desde la distancia porque la investigación sigue sin implicarle. Camps, pues, volverá al Tribunal Superior manchado por corrupción. Allí le esperan Pilar de la Oliva y su equipo.
ermundo
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