martes, 20 de enero de 2015

Tras años de inacción, Rita Barberá tiene prisa por autorizar el uso a terciario de Vara de Quart, único dentro de la ciudad

El polígono industrial Vara de Quart, el único polígono situado dentro del casco urbano de Valencia, se encuentra sumido en un limbo urbanístico que impide crear nuevas empresas y que siembra dudas sobre la legalidad de las últimas que se han instalado. El proceso de transformación de «industrial» a «terciario» se ha retrasado en el tiempo y esto bloquea proyectos de empresas hoteleras, de escuelas de baile y hasta de un iglesia evangelista.

La Concejalía de Urbanismo, no obstante, ya tiene en marcha las fórmulas para resolverlo, primero aprobando en el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) y luego cambiando el Plan Parcial que regula este espacio desde el año 1961.

Fue aproximadamente hace dos años cuando el Ayuntamiento de Valencia anunció una reconversión del polígono Vara de Quart para adaptarlo a los nuevos tiempos. La mayoría de las industrias se habían quedado obsoletas y muchas se habían desmontado, por lo que se pensó en revitalizarlo cambiándole el uso a terciario (comercial, hotelero, administrativo etc.) y sacando definitivamente las industrias de la ciudad.

Muchos años con los cambios sin hacer
El problema es que se necesita de un cambio del Plan Parcial de 1961 y eso no se ha hecho aún, como tampoco se ha aprobado el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para el conjunto de la ciudad. Eso significa que las empresas „ deportivas, telefónicas, hosteleras etc.„ que se han creado en los últimos dos años al amparo de las previsiones del consistorio carecen de cobertura legal y hay otras muchas que tienen bloqueados sus proyectos porque no se les puede dar licencia, aseguraron fuentes empresariales consultadas por este periódico.

Según estas fuentes, entre esos proyectos hay un pequeño hotel, la habilitación de locales para escuelas de baile, edificios de oficinas e incluso una iglesia evangelista. También espacios para el ensayo de orquestas. «Es un sitio perfecto para todas estas cosas, porque no molestan a nadie, hay aparcamiento y está dentro de la ciudad», explican. «Hay que tener en cuenta que en la calle Colón el metro de oficina se alquila a 10 ó 20 euros y aquí se podría alquilar por menos de la mitad», añaden a modo de ejemplo.

Lo que no comprenden es que las empresas que se han creado creyendo que el cambio estaba hecho estén ahora «en el aire» y que los proyectos que llegan no puedan salir adelante. «Casi todo el que tiene solares o edificios cerrados tiene planes para estos sitios y no pueden hacer nada porque no les dan licencia», aseguran

levante

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