sábado, 17 de enero de 2015

Camañas: "Todo está bajo sospecha"

Se llega a dudar de si existe alguna institución o empresa pública fuera de sospecha. Sea por negligencias, errores de gestión o corrupción, son noticia los puertos, las ferias, los palacios de congresos, Vaersa, la central de compras de la Diputación, ahora el Palau de les Arts... 

Este último «affaire» aporta daños colaterales por implicar al presidente del Consejo Jurídico Consultivo, Vicente Garrido. Esta institución tenía su credibilidad dañada por su escasa independencia. Colonizada por el poder político, convertida en refugio de ex presidentes para que tengan un sueldo de por vida, su trabajo se ha limitado a justificar jurídicamente las decisiones políticas más polémicas. Solo faltaba que se implicara a su presidente en un escándalo.

Garrido argumenta que no ha cobrado de Patrocini, la empresa comisionista en la que participaba la propia intendente del Palau. Así será, sin duda. Incluso es posible que todo sea legal, pero no negarán que es antiestético -por decirlo finamente- que se desmonte un servicio interno de búsqueda de patrocinadores para dárselo a una empresa externa que cobra comisiones hasta de los que ya participaban. En cualquier país democrático de nuestro entorno supondría su dimisión por permitir el uso de su nombre; aquí, donde la política es una profesión, ni siquiera lo sopesan.

Allá donde se rasca aparecen sobrecostes, corruptelas y tratos de favor, son el rastro de una época en la que los gobernantes se sentían impunes. Es cierto que los escándalos pertenecen a la épocaCamps, cuando él mismo estaba implicado en el caso de los trajes, y el responsable de los asuntos económicos, Gerardo Camps, era conocido como el vicepresidente ausente.

Fue una etapa de desgobierno, de relajación moral en la que los imputados figuraban sin sonrojo en las listas electorales. Con la precampaña electoral empiezan los juicios de los primeros escándalos. Se mantendrán hasta más allá de las generales, desgastando el prestigio del PP. Tanto, que es difícil calcular si recuperará la reputación de su marca o tendrán que plantearse una refundación. Otro tanto le sucede al PSOE, para qué engañarnos.

Benigno Camañas en ermundo

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