sábado, 28 de febrero de 2015

Jordi Sebastiá y otros dos eurodiputados siguen la pista de los fondos BEI para colegios sin hacer

Junto a ellos, estuvieron los dirigentes de Compromís Mònica Oltra y Enric Morera. Este último dijo pensar que “ese dinero destinado a los colegios valencianos se destinó a otras cosas”


Los eurodiputados Jill Evans y Ernest Maragall preparan iniciativas en las comisiones educativa y presupuestaria del Parlamento Europeo relacionadas con los colegios valencianos en barracones y las ayudas concedidas por el Banco Europeo de Inversiones (BEI) para su construcción y reforma. Ambos han visitado cuatro centros de la provincia de Valencia que permanecen en instalaciones provisionales, acompañados por su colega del grupo Los Verdes-ALE, el valenciano Jordi Sebastià.

colegio 103 en Valencia de 2008
Sebastià recordó que la Generalitat tiene pendientes de invertir 400 millones de los 1.600 acordados con el BEI y que, tras incumplir el plazo del programa de construcciones, solo ha previsto gastar 187 millones para un nuevo plan de acción hasta 2017 presentado a la entidad financiera europea. “Haremos lo que esté en nuestra mano para poner en marcha los mecanismos de investigación adecuados”, declaró  Ernest Maragall tras la visita a los colegios 103 y Santo Ángel de la Guarda de Valencia, Ciutat de Cremona de Alaquàs y San Juan de Ribera de Burjassot.

Este último es el único de los cuatro cuyo proyecto de obra ha sido ya licitado y adjudicado. “Hemos visto ciudadanos cargados de razón y nos volvemos cargados de emoción, el estado de los colegios no tiene nombre”, aseguró el eurodiputado catalán tras reunirse ayer con padres y madres de los cuatro centros escolares. El 1003 y el Cremona eran los primeros colegios enteramente en aulas prefabricadas que había visto en su vida la galesa Jill Evans, miembro de la comisión de Educación del Europarlamento.

Junto a ellos, estuvieron los dirigentes de Compromís Mònica Oltra y Enric Morera. Este último dijo pensar que “ese dinero destinado a los colegios valencianos se destinó a otras cosas”. La consejera de Educación, María José Català, ha manifestado en más de una ocasión que las ayudas del BEI se han destinado “íntegramente a construir colegios, todos ellos justificados convenientemente”. 

Sin embargo, el informe que el Mecanismo de Reclamaciones del BEI ha remitido a nueve centros públicos de enseñanza que elevaron sus quejas el pasado año, puntualizaba que el banco desembolsó 800 millones entre 2007 y 2011, mientras que “los fondos propios” aportados por la Generalitat se elevaron 200 millones. Dos años más tarde, en diciembre de 2013, cuando concluía el plazo del programa pactado (Valencia Centros Escolares II) la Generalitat solo había acometido el 60% de los 1.600 millones de gasto total previsto, es decir, 1.200 millones.

Jordi Sebastià anunció tres iniciativas a partir de la visita. Una “más simbólica”, a favor de la educación pública en la que se incluirían los centros valencianos, en la comisión de educación del parlamento. Otras, en la comisión de presupuestos de la que es miembro Ernest Maragall, para hablar de este y otros proyectos del BEI. Por último, una delegación parlamentaria que se entrevistaría con representantes del campo.

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