sábado, 14 de febrero de 2015

Barberá quiere coger 'algo de huerta' para equipamientos privados como la Clínica Mayo

La oposición a la revisión del Plan General de Ordenación Urbana de Valencia, que propone la reclasificación de 415 hectáreas de huerta, crece conforme avanza el periodo de alegaciones, que concluye el 24 de febrero. Se han manifestado en contra asociaciones de vecinos de Campanar, Benimàmet, Benimaclet o Castellar, colectivos como Per l’Horta, profesores universitarios y hasta el Tribunal de las Aguas, que anunció alegaciones porque la revisión afecta acequias históricas. Ayer se añadió la Unió de Llauradors i Ramaders, que se opone a la pérdida de más terreno agrícola protegido.

La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, trató ayer de rebajar la presión sobre su hoja de ruta urbanística, que pretende aprobar antes de las elecciones del 24 de mayo. “Si se ha previsto [reclasificar] algo de huerta es para poder tener equipamientos importantes que benefician a la ciudad”, justificó.

La capital no tiene suelo, aseguró la regidora, para “equipamientos importantísimos", como la Clínica Mayo que, según la alcaldesa, “iba a venir antes de la crisis”, por lo que había que dotarlo para la ciudad. Los opositores al futuro PGOU insisten ahora en que la ciudad no soporta ningún tipo de presión demográfica que justifique la urbanización de tanto terreno agrícola.

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