Conrado Hernández ha sido destituido por su propio sindicato como secretario general de la UGT en la Comunidad Valenciana a mitad de mandato. La decisión se oficializará el día 15 de este mes. Oficialmente será una dimisión, pero la realidad es la pérdida de confianza de las distintas federaciones.
El viernes 28 de noviembre se adoptó la decisión por unanimidad en el marco de un consejo celebrado en Valencia. Todos los secretarios generales de las federaciones (se ausentó el comercio pero respaldaba la medida) apoyaron el cese, y propusieron al número dos de la organización, Gonzalo Pino, para que asumiese el liderazgo del sindicato. Al día siguiente, ese golpe de mano se escenificó en la Marcha de la Dignidad que recorrió las calles de Valencia, donde el propio Conrado Hernández pudo percibir cómo lo dejaron solo en la movilización.
En el sindicato han molestado su relación con el PSPV y el afán por controlar Ford
Desde entonces se han sucedido los contactos con las agrupaciones comarcales hasta que ayer, en una reunión conjunta de los líderes comarcales y los de las federaciones en el consejo nacional, decidieron elevar la contundente decisión al comité nacional, previsto para el próximo 15 de diciembre. Hombres de confianza de Hernández, como Luis Soler (secretario de administración) también saldrán de la ejecutiva. Los estatutos contemplan que el comité nacional del sindicato pueda sustituir a su ejecutiva a mitad de mandato. Hernández accedió a la secretaría general de UGT-PV hace seis años y podía permanecer en el cargo hasta 2016. Renovó su mandato en mayo de 2013.
Varios son los motivos acumulados que han precipitado la salida de Hernández. En primer lugar, en su última elección apenas logró un 52% de los votos, gracias sobre todo al apoyo del ala más política del sindicato, la siempre poderosa Federación de Servicios Públicos (FSP) que lidera Luis Lozano. Esta facción que representa a los funcionarios siempre ha preservado su estrecha relación con el PSPV-PSOE. Sin embargo, Hernández ha tratado de acercarse al partido en los últimos meses y copar ese puente.
En las elecciones europeas pidió abiertamente el voto para el PSOE en nombre de la UGT. Y en las últimas primarias del PSPV en el Ayuntamiento de Valencia, se volvió a repetir la escena pidiendo el voto para Joan Calabuig, pese a que el otro aspirante, el concejalPedro Sánchez, también es militante del sindicato.
Pero la clave que finalmente ha crispado a la FSP es la designación de Esther Ortega (secretaria de política social) como coordinadora de la oficina del candidato socialista a la presidencia de la Generalitat,Ximo Puig.
El viernes 28 de noviembre se adoptó la decisión por unanimidad en el marco de un consejo celebrado en Valencia. Todos los secretarios generales de las federaciones (se ausentó el comercio pero respaldaba la medida) apoyaron el cese, y propusieron al número dos de la organización, Gonzalo Pino, para que asumiese el liderazgo del sindicato. Al día siguiente, ese golpe de mano se escenificó en la Marcha de la Dignidad que recorrió las calles de Valencia, donde el propio Conrado Hernández pudo percibir cómo lo dejaron solo en la movilización.
En el sindicato han molestado su relación con el PSPV y el afán por controlar Ford
Desde entonces se han sucedido los contactos con las agrupaciones comarcales hasta que ayer, en una reunión conjunta de los líderes comarcales y los de las federaciones en el consejo nacional, decidieron elevar la contundente decisión al comité nacional, previsto para el próximo 15 de diciembre. Hombres de confianza de Hernández, como Luis Soler (secretario de administración) también saldrán de la ejecutiva. Los estatutos contemplan que el comité nacional del sindicato pueda sustituir a su ejecutiva a mitad de mandato. Hernández accedió a la secretaría general de UGT-PV hace seis años y podía permanecer en el cargo hasta 2016. Renovó su mandato en mayo de 2013.
Varios son los motivos acumulados que han precipitado la salida de Hernández. En primer lugar, en su última elección apenas logró un 52% de los votos, gracias sobre todo al apoyo del ala más política del sindicato, la siempre poderosa Federación de Servicios Públicos (FSP) que lidera Luis Lozano. Esta facción que representa a los funcionarios siempre ha preservado su estrecha relación con el PSPV-PSOE. Sin embargo, Hernández ha tratado de acercarse al partido en los últimos meses y copar ese puente.
En las elecciones europeas pidió abiertamente el voto para el PSOE en nombre de la UGT. Y en las últimas primarias del PSPV en el Ayuntamiento de Valencia, se volvió a repetir la escena pidiendo el voto para Joan Calabuig, pese a que el otro aspirante, el concejalPedro Sánchez, también es militante del sindicato.
Pero la clave que finalmente ha crispado a la FSP es la designación de Esther Ortega (secretaria de política social) como coordinadora de la oficina del candidato socialista a la presidencia de la Generalitat,Ximo Puig.
Pero existe otra parte del sindicato que considera que tampoco puede ser correa de transmisión del PSOE, al menos públicamente, ahora que la izquierda vive un momento de fragmentación evidente.
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