Bonig es la aspirante pero puede verse envuelta en una imputación por sobresueldos ilegales en Vaersa
La tensión es máxima estos días en las filas de los populares. El anuncio de Alberto Fabra de unas listas renovadas ha hecho que la vieja guardia que protege al campismo haya activado su operación de derribo. El sanedrín lo conforman Rita Barberá, José Císcar, Alfonso Rus e Isabel Bonig. ¿Qué une a los tres primeros? Que son los protectores del pasado, quienes amparan a los imputados y para quienes unas listas renovadas supone poner fin a su capacidad de influencia.
La madre política de Camps, Rita, protege su herencia y ampara a su número dos, el vicealcalde de Valencia Alfonso Grau, imputado en Nóos y pillado pactando la declaración de testigos ante el juez Castro. Rita arropa y mantiene al hombre que tiene «su propia línea roja». Císcar ha sido el protector de la doble imputada Castedo, de quien dijo esta semana que no le importa que siga en la Alcaldía de Alicante hasta el final de la legislatura.
Bonig es la aspirante -con doble pulsera con la bandera de España- que puede verse envuelta en una imputación, según Anticorrupción había sobresueldos «groseros» en Vaersa, pagados ilegalmente a sabiendas de los consellers que presidieron la empresa: Rafael Blasco, González Pons, García Antón, Juan Cotino e Isabel Bonig. Los directivos cobraron dos millones en pluses. Al juez encargado no le tiembla el pulso, llevó el caso Emarsa.
Y qué decir de Rus, el protector del corrupto Rafael Blasco, condenado a ocho años de prisión. Los interventores de los ayuntamientos creen que la central de compras de la Diputación de Valencia genera operaciones que no necesitan los alcaldes, pero todos optan por miedo. Quien decide a quién compran los alcaldes es la central de Rus. El también alcalde de Xàtiva ha practicado el famoso todos comprados, incluso con alcaldes de la oposición que callan por temor a que les quite subvenciones. Es tan bueno en economía que ha logrado que su empresa de muebles de cocina sea anticíclica, no va ligada a los ciclos de la construcción. Los empresarios le seguían comprando muebles incluso tras el crack del sector. ¿Contrataron algunos con la Diputación? Todo un artista que no presenta las cuentas de su principal empresa desde 2006...
Dice Rus que esta investigación viene de Fabra, de los celos de TeleRus o de un empresario que contrató a detectives. Cada semana una versión con la que ocultar su pánico. Esta es una investigación muy seria de EL MUNDO y sólo de EL MUNDO en la que llevamos trabajando desde septiembre, administramos los tiempos seguros de que ningún competidor publicará nada... Si la prensa pide transparencia a la política, la publicidad pública en la prensa debe ser transparente para los valencianos.
Estimados compañeros, con espíritu constructivo, no es de recibo que en la tercera capital de España la prensa esté amordazada ante el gran caso que rodea a Rus. Los periodistas tienen que hacer buen periodismo, el problema de nuestro sector es que falta transparencia y deben cambiar los métodos facilones de los gestores y los publicistas, el periodismo no puede dejar que se manchen sus firmas con la escandalosa censura que impera aquí.
Echamos en falta un buen debate organizado por la Unió de Periodistes donde la profesión se mire al espejo.
La tensión es máxima estos días en las filas de los populares. El anuncio de Alberto Fabra de unas listas renovadas ha hecho que la vieja guardia que protege al campismo haya activado su operación de derribo. El sanedrín lo conforman Rita Barberá, José Císcar, Alfonso Rus e Isabel Bonig. ¿Qué une a los tres primeros? Que son los protectores del pasado, quienes amparan a los imputados y para quienes unas listas renovadas supone poner fin a su capacidad de influencia.
La madre política de Camps, Rita, protege su herencia y ampara a su número dos, el vicealcalde de Valencia Alfonso Grau, imputado en Nóos y pillado pactando la declaración de testigos ante el juez Castro. Rita arropa y mantiene al hombre que tiene «su propia línea roja». Císcar ha sido el protector de la doble imputada Castedo, de quien dijo esta semana que no le importa que siga en la Alcaldía de Alicante hasta el final de la legislatura.
Bonig es la aspirante -con doble pulsera con la bandera de España- que puede verse envuelta en una imputación, según Anticorrupción había sobresueldos «groseros» en Vaersa, pagados ilegalmente a sabiendas de los consellers que presidieron la empresa: Rafael Blasco, González Pons, García Antón, Juan Cotino e Isabel Bonig. Los directivos cobraron dos millones en pluses. Al juez encargado no le tiembla el pulso, llevó el caso Emarsa.
Y qué decir de Rus, el protector del corrupto Rafael Blasco, condenado a ocho años de prisión. Los interventores de los ayuntamientos creen que la central de compras de la Diputación de Valencia genera operaciones que no necesitan los alcaldes, pero todos optan por miedo. Quien decide a quién compran los alcaldes es la central de Rus. El también alcalde de Xàtiva ha practicado el famoso todos comprados, incluso con alcaldes de la oposición que callan por temor a que les quite subvenciones. Es tan bueno en economía que ha logrado que su empresa de muebles de cocina sea anticíclica, no va ligada a los ciclos de la construcción. Los empresarios le seguían comprando muebles incluso tras el crack del sector. ¿Contrataron algunos con la Diputación? Todo un artista que no presenta las cuentas de su principal empresa desde 2006...
Dice Rus que esta investigación viene de Fabra, de los celos de TeleRus o de un empresario que contrató a detectives. Cada semana una versión con la que ocultar su pánico. Esta es una investigación muy seria de EL MUNDO y sólo de EL MUNDO en la que llevamos trabajando desde septiembre, administramos los tiempos seguros de que ningún competidor publicará nada... Si la prensa pide transparencia a la política, la publicidad pública en la prensa debe ser transparente para los valencianos.
Estimados compañeros, con espíritu constructivo, no es de recibo que en la tercera capital de España la prensa esté amordazada ante el gran caso que rodea a Rus. Los periodistas tienen que hacer buen periodismo, el problema de nuestro sector es que falta transparencia y deben cambiar los métodos facilones de los gestores y los publicistas, el periodismo no puede dejar que se manchen sus firmas con la escandalosa censura que impera aquí.
Echamos en falta un buen debate organizado por la Unió de Periodistes donde la profesión se mire al espejo.
Rafael Navarro
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La Fiscalía detalla como en el año 2007 altos cargos de la empresa pública se repartieron 360.552 euros; en 2008 407.582, en 2009 477.726 y en 2010 501.706.
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