La fórmula que baraja el Gobierno valenciano pasa por algo similar al horario europeo. Recortar los horarios para aprovechar más la luz del día, menos descansos para almorzar y comer y mayor productividad en el puesto de funcionario.
El horario europeo significa que los funcionarios, a las cinco de la tarde dejen su puesto de trabajo y se vayan a casa. Una forma de ahorrar energía y, por extensión, costes para las arcas de la Generalitat. El objetivo es que todos los edificios estén con la luz apagadas a partir de esa hora.
La propuesta todavía no se ha puesto encima de la mesa pero la idea es que en los próximos días se pueda abordar con los sindicatos. Actualmente los empleados de la función pública trabajan de ocho de la mañana a tres de la tarde. Además, suelen hacer por regla general un par de tardes a la semana de cuatro y media a seis y media para completar el cupo semanal de 37,5 horas. La Generalitat da la opción de la flexibilidad horaria que permite entrar por la mañana más tarde y salir, en esta época del año, cuando ya es de noche.
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