La llamada Asociación Transatlántica por el Comercio y la Inversión, más conocida por TTIP (sus siglas en inglés), es todo menos un acuerdo para la ayuda mutua entre ciudadanos y pueblos. Tal vez por eso, la Comisión Europea lleva las negociaciones con casi absoluta opacidad.
Un obscurantismo roto gracias al trabajo político, entre otros, del grupo Verde-ALE del Parlamento Europeo que hizo públicos los documentos. En dicho grupo el representante de Compromís-Equo, Jordi Sebastià como el que será su substituto a mitad de legislatura, Florent Marcellesi, tienen muy claros los motivos por los que hay que oponerse al TTIP
Debido a la insistencia de algunos eurodiputados, hoy en día podemos acceder a mucha de la información que están utilizando las comisiones negociadoras. Eso está haciendo posible articular una campaña a nivel europeo en contra del TTIP http://noalttip.blogspot.com.es
Entre los motivos para oponerse a este tratado está en primer lugar la opacidad con la que se negocia, dejando a la gran mayoría de la población sumida en un total desconocimiento. Ni la Comisión Europea ni los gobernantes de los diferentes países han creado mecanismos de información, ni mucho menos de participación ciudadana.
El TTIP también supone un grave peligro para el modelo social creado en Europa después de la II Guerra Mundial. El pacto social entre ricos y pobres, entre clases sociales, que ha dado una cierta estabilidad política al continente, está siendo puesto en peligro por el capital financiero y las políticas neoliberales. El TTIP es un paso más en el desmantelamiento del llamado Estado del Bienestar, como dijo la activista Ana Barba en Público i en Rebelión.
Pero por si todo esto fuera poco, el TTIP también supone una grave pérdida de soberanía y es un grave peligro para el medio ambiente. La creación de un Tribunal de Arbitraje para resolver los contenciosos entre empresas y Estados deja en manos de las primeras la capacidad de pedir elevadas indemnizaciones por decisiones tomadas democráticamente por los Estados. La creación de este Tribunal es firmemente defendida por el PP y la derecha europea.
Es decir, el TTIP y la democracia son totalmente incompatibles. Un ejemplo, el TTIP hará
posible que cualquier multinacional energética pueda demandar a un Estado por haber decidido de forma democrática oponerse a hacer prospecciones petrolíferas o a extraer hidrocarburos mediante la técnica de la fracturación hidráulica (fracking). Cualquier barrera al libre negocio que supongan las legislaciones nacionales podrá ser sancionado con una elevada multa.
El PP mete prisa por el TTIP
Debido a la insistencia de algunos eurodiputados, hoy en día podemos acceder a mucha de la información que están utilizando las comisiones negociadoras. Eso está haciendo posible articular una campaña a nivel europeo en contra del TTIP http://noalttip.blogspot.com.es
Entre los motivos para oponerse a este tratado está en primer lugar la opacidad con la que se negocia, dejando a la gran mayoría de la población sumida en un total desconocimiento. Ni la Comisión Europea ni los gobernantes de los diferentes países han creado mecanismos de información, ni mucho menos de participación ciudadana.
El TTIP también supone un grave peligro para el modelo social creado en Europa después de la II Guerra Mundial. El pacto social entre ricos y pobres, entre clases sociales, que ha dado una cierta estabilidad política al continente, está siendo puesto en peligro por el capital financiero y las políticas neoliberales. El TTIP es un paso más en el desmantelamiento del llamado Estado del Bienestar, como dijo la activista Ana Barba en Público i en Rebelión.
Pero por si todo esto fuera poco, el TTIP también supone una grave pérdida de soberanía y es un grave peligro para el medio ambiente. La creación de un Tribunal de Arbitraje para resolver los contenciosos entre empresas y Estados deja en manos de las primeras la capacidad de pedir elevadas indemnizaciones por decisiones tomadas democráticamente por los Estados. La creación de este Tribunal es firmemente defendida por el PP y la derecha europea.
Es decir, el TTIP y la democracia son totalmente incompatibles. Un ejemplo, el TTIP hará
posible que cualquier multinacional energética pueda demandar a un Estado por haber decidido de forma democrática oponerse a hacer prospecciones petrolíferas o a extraer hidrocarburos mediante la técnica de la fracturación hidráulica (fracking). Cualquier barrera al libre negocio que supongan las legislaciones nacionales podrá ser sancionado con una elevada multa.
El PP mete prisa por el TTIP
Plataformas de información: http: //noalttip.blogspot.com.es http://attacpv.org
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