Los investigadores del departamento de Física Aplicada de la Universitat Politècnica de València (UPV) sólo investigarán los movimientos en el edificio de la Conselleria de Bienestar Social y el Servef. Ninguna otra administración les ha encargado que realicen este trabajo en los otros dos edificios, que ya han denunciado temblores y al que han acudido los bomberos y la Policía Local de Valencia en varias ocasiones, como ha venido contando Levante-EMV desde hace dos semanas. Los técnicos de la UPV empezarán hoy las pruebas en las plantas superiores de la finca del número 36 de Barón de Cárcer.
Los técnicos universitarios instalarán tres sensores de alta sensibilidad o acelerómetros para medir, en día festivo y laboral, los temblores que se han sentido en el edificio público de la avenida Barón de Cárcer para tratar de determinar su origen.
Las mediciones se llevarán a cabo desde hoy, cuando los investigadores tienen previsto instalar los sensores en tres estancias de la novena planta del número 36, donde se ubican dependencias de la Conselleria de Bienestar Social.
El investigador de la UPV Jose María Bravo explicó que su departamento se dedica a la acústica ambiental, arquitectónica y estudio de vibraciones, y que el equipo que instalarán en Barón de Cárcer constará de los tres acelerómetros, un interfaz para tratar la señal y un ordenador para recoger los datos. Cabe recordar que en algunas horas se han llegado a detectar cuatro sacudidas.
En total, según Bravo, estudiarán tres estancias de las instalaciones de esa planta, donde más quejas ha habido, de «forma octogonal en el suelo y las paredes» y tanto durante una jornada laboral como un día festivo (el próximo domingo), «para tener una referencia de si están relacionadas con la actividad laboral».
«Primero habrá que determinar la dirección predominante de la vibración y cuál es su periodicidad», apuntó el investigador que, no obstante, aseguró que su «percepción objetiva» es que no se habla «de una situación absolutamente peligrosa en relación a la estructura».
Este técnico explicó que los trabajadores les han dado tablas con información de la frecuencia, hora e intensidad de las oscilaciones pero «no hay un patrón al que poder referirse», y les han explicado que se trata de temblores que duran unos segundos y desaparecen y «se sienten más si se está sentado y en reposo».
«Fuimos sin aparatos, estuvimos más de 45 minutos y no sentimos nada», apuntó Bravo, quien señaló que una vez analizados los datos registrados, a mediados o finales de la próxima semana podrán tener alguna conclusión.
Según Bravo, lo «curioso» es que el edifico es de los años 40 y está en una zona con un tráfico «enorme», por lo que los trabajadores «están más que acostumbrados a vibraciones» pero deben haber sentido algo que no es lo habitual. Además, añadió, «me resulta llamativo que las denuncias aparezcan desde hace poco más de dos semanas». Por ello, añadió, habría que determinar qué puede haber cambiado desde entonces.
Fuentes municipales también volvieron a confirmar que bomberos y técnicos de Urbanismo han inspeccionado hasta dos veces el aparcamiento de la plaza Vinatea, primera causa que se había señalado por parte de los vecinos y trabajadores, y «no han encontrado ningún tipo de anomalía y la estructura se encuentra bien». Eso sí, indicaron que durante los próximos días seguirán las inspecciones.
Responsables de Pavapark, la concesionaria del aparcamiento, volvieron a explicar que desde sus instalaciones «no se han sentido los temblores» y afirmaron que los técnicos municipales y de Conselleria, así como los bomberos, han revisado toda la estructura «y aparentemente no han encontrado nada».
levante
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