El juez titular del juzgado número 4 de Granada, encargado de investigar la denuncia contra diez sacerdotes de Granada y otras personas por supuestos abusos a un menor, ya ha ordenado las primeras detenciones. Se trata de tres curas, miembros del clan de los Romanones, y un seglar, que, de momento, permanecen incomunicados por mandato judicial. Todos han sido trasladados a la Jefatura Superior del Cuerpo Nacional de Policía, donde permanecerán 72 horas como máximo, antes de declarar ante el juez.
El Arzobispado de Granada ya había retirado del ejercicio a varios sacerdotes a los que el denunciante, ahora con 24 años, apuntó en su denuncia. Según su relato, sufrió los abusos cuando era monaguillo de la parroquia granadina de Juan María de Vianneimeno.
Según el denunciante, Román (el supuesto cabecilla y párroco principal de la iglesia) le convenció para que fuera "dejando poco a poco" a su familia. "Siguiendo sus consejos, dejé la casa de mis padres con 17 años y me fui a vivir a la casa parroquial con Román y dos laicos”, cuyos nombres también ha comunicado a los investigadores. Según el portal Religión Digital, uno de estos laicos, de iniciales S. Q., sería el cuarto detenido.
La víctima relató su caso directamente al Papa. Le escribió una carta relatando los supuestos abusos que había sufrido hace varios años. En el escrito contaba que se movió impulsado por “el posible daño (...) que podrían estar sufriendo otros chicos y chicas”. El pasado 10 de agosto, mientras conducía, recibió una llamada a su móvil del propio Papa en la que le pidió perdón "en nombre de la Iglesia de Cristo".
Esa carta destapó la existencia de un sospechoso y nutrido grupo de sacerdotes de Granada, muy amigos entre sí, que supuestamente captaban a monaguillos para la parroquia con el pretexto de infundirles una vocación religiosa pero que, en realidad, escondían un submundo de prácticas sexuales. El juez Antonio Moreno les está investigando por un delito continuado de abusos.
Según el denunciante, Román (el supuesto cabecilla y párroco principal de la iglesia) le convenció para que fuera "dejando poco a poco" a su familia. "Siguiendo sus consejos, dejé la casa de mis padres con 17 años y me fui a vivir a la casa parroquial con Román y dos laicos”, cuyos nombres también ha comunicado a los investigadores. Según el portal Religión Digital, uno de estos laicos, de iniciales S. Q., sería el cuarto detenido.
La víctima relató su caso directamente al Papa. Le escribió una carta relatando los supuestos abusos que había sufrido hace varios años. En el escrito contaba que se movió impulsado por “el posible daño (...) que podrían estar sufriendo otros chicos y chicas”. El pasado 10 de agosto, mientras conducía, recibió una llamada a su móvil del propio Papa en la que le pidió perdón "en nombre de la Iglesia de Cristo".
Esa carta destapó la existencia de un sospechoso y nutrido grupo de sacerdotes de Granada, muy amigos entre sí, que supuestamente captaban a monaguillos para la parroquia con el pretexto de infundirles una vocación religiosa pero que, en realidad, escondían un submundo de prácticas sexuales. El juez Antonio Moreno les está investigando por un delito continuado de abusos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario