sábado, 15 de octubre de 2011

La caída de inversión en obra social de las cajas tendrá un impacto de 3.600 millones


Las entidades podrían destinar 1.200 millones menos a partir de 2012 a los que hay que sumar la merma en el dividendo social

La caída de inversión en obra social de las cajas de ahorros tendrá un impacto de 3.600 millones de euros en la economía española, tanto por el descenso de la inversión directa -y sus consecuencias nefastas sobre el empleo- como por la menor aportación al llamado dividendo social que generan estas entidades.

Así lo estima el catedrático de Análisis Económico de la Universitat de València, Javier Quesada, en un análisis Sobre la obra social de las cajas de ahorros españolas publicado ayer por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE). Quesada hace una estimación "optimista" -sin incluir el impacto por la práctica nacionalización de NovacaixaGalicia, Unnim y CatalunyaCaixa; superior en cualquier caso a cálculos como los 463 millones previstos por UBS para 2013- y cree que el año que viene (y el próximo) la inversión directa de la obra social de las cajas será de mil millones, es decir, 1.200 millones menos respecto a los 2.200 que la patronal sectorial Ceca contabilizaba en 2008.

Este descenso es la consecuencia del proceso de reestructuración del sector. La Comunitat Valenciana ejemplifica con absoluta claridad, los cambios. Hay una firma -Caixa Ontinyent- que se mantiene como tal, pero que tendrá que reducir su aportación a obra social como consecuencia de la caída de beneficios que padecen todas las entidades bancarias.

Hay otra -Bancaja- que ya no puede determinar al 100 % su destino, debido a que ha pasado a ser propietaria del 37 % de un banco, el BFA, que a su vez posee el 50 % de otro, el cotizado Bankia. Y de este recibirá un máximo del 19 % de los beneficios para obra social, siempre y cuando los compromisos con el FROB no lo eviten. Por último, la CAM está en manos del Estado, que se prepara para subastarla, con lo que difícilmente sobrevivirá su obra social, sobre todo si cae en manos de un banco.

Intangibles
Los otros 2.400 millones de pérdidas corresponden al dividendo social. Quesada recuerda que en 2004 el ex director general de la Fundación de las Cajas (Funcas), Victorio Valle, estimó en 7.384 millones el impacto, "que multiplicaba por un factor de siete la dotación presupuestaria de la obra social".

El investigador del IVIE considera que ahora ese factor debe reducirse a la cifra de tres por la menor incidencia de algunos de los tres intangibles contemplados por Valle. El primero prácticamente ha desaparecido y es la "financiación privilegiada", con tipos muy bajos para vivienda o pagarés. El segundo era fruto de la competencia que introdujeron las cajas en el sector con su liberalización. Ha mermado su influencia, pero en su momento abarató los costes financieros al forzar a los bancos a mejorar las retribuciones y rebajar las comisiones.

El último es "la reducción de la exclusión financiera" que propician las cajas con su presencia en el medio rural y el apoyo a gentes con pocos ingresos.

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