Los servicios públicos de alquiler de bicicletas han demostrado ser muy efectivos para introducir este vehículo no contaminante en las ciudades, pero a veces se cuestiona su coste económico. El caso más paradójico es el de Madrid, donde, a pesar de los problemas de contaminación del aire, sigue parado el proyecto MyBici de bicicleta pública por las dificultades presupuestarias. ¿Cuál es el coste real de este tipo de sistemas de alquiler? Esther Anaya, consultora de movilidad en bicicleta, ha estudiado esta cuestión con el Bicing de Barcelona.
Utilizando datos del propio servicio de alquiler, esta experta en bicicleta pública asegura que la inversión inicial del Bicing es de 15,9 millones de euros (el Ayuntamiento de Barcelona coloca esta cifra más cerca de los 10 millones). Esto se refiere al dinero necesario para crear toda la infraestructura (6.000 bicicletas, 400 estaciones, las furgonetas para recolocar las bicis…). Pero luego hay que añadir los costes anuales de personal y explotación (sueldos de los trabajadores, reposición de bicicletas, carburante para las furgonetas…). Anaya considera 5 millones anuales en costes de personal (250 empleados) y otros 10,2 millones en los de explotación. En total, estimando una amortización anual de 3,4 millones para la inversión inicial, esta consultora calcula que el Bicing de Barcelona cuesta al año unos 18 millones de euros.
¿Esto es mucho? Hay diferentes formas de medirlo. Como explica Anaya, una de ellas es ver qué parte de los costes se cubre con lo que pagan los usuarios. Según considera, con los 35 euros que cuesta cada abono anual para poder utilizar las bicis y las penalizaciones por incumplir los tiempos de préstamo, se recuperarían unos 4,7 millones anuales, teniendo que hacerse cargo el Ayuntamiento de Barcelona de los otros 13,3 millones, que se supone que salen de lo que pagan los conductores por el aparcamiento regulado de coches en la calzada. Dado que son cerca de 11,2 millones los viajes anuales realizados en Barcelona con estas bicicletas públicas, el Ayuntamiento estaría pagando alrededor de 1,2 euros por cada desplazamiento.
Esta estimación de esta experta en bicicleta pública se acerca bastante a la información aportada por responsables de movilidad del Ayuntamiento de Barcelona sobre la parte de los costes que cubre la tarifa pagada por los usuarios en cada medio de transporte: 28,4% en el caso del Bicing, 38,4% en el de los autobuses, 59,6% en el del metro y 19,5% en el del tranvía. “El servicio público de bicis no es más barato que los otros medios de transporte, pero tampoco más caro”, recalca Anaya. “No se gana dinero, pero al igual que ocurre con el resto de transporte público”.
Claro que estas cifras tampoco reflejan todos los costes. No tienen en cuentas las externalidades, los costes ambientales y sociales que paga el conjunto de la sociedad por el uso de determinados medios de transporte, que se supone que pueden reducirse de forma considerable si se fomenta el uso de un vehículo no contaminante como la bicicleta.
En realidad, tampoco resulta sencillo poner precio a los atascos de tráfico o a los efectos de la contaminación: ¿Cómo se puede calcular el impacto en la salud del servicio Bicing de Barcelona? Justamente, esto es lo que analiza un estudio publicado hace unos meses en el British Medical Journal (BMJ), llevado a cabo por David Rojas-Rueda, un investigador del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL).
En este trabajo se estudian los diferentes riesgos para la salud de desplazarse en Barcelona subido en una bicicleta pública o en un coche. Los investigadores consideraron que los usuarios del Bicing pedalean de media unos 14,1 minutos por viaje y que los conductores están dentro del coche unos 8,4 minutos. A partir de esta estimación, calculan entonces la cantidad de contaminantes que respiran en ese tiempo (partículas de carbono negro y PM2.5), las posibilidades de sufrir un accidente o las consecuencias de realizar más o menos ejercicio físico. “Es verdad que montar en bicicleta tiene unos riesgos, pero los beneficios para la salud son muy superiores”, destaca Rojas-Rueda.
Este investigador calcula que los beneficios de realizar ejercicio encima de una bicicleta en Barcelona son 79 veces mayores que los riesgos de inhalar más contaminación(1) o sufrir un accidente. Es más, el estudio estima que el Bicing evita cada año 12 muertes prematuras. Aunque , para llegar a este resultado se contempla como hipótesis que el 90% de los que ahora usan la bici pública antes se desplazaban en coche, lo que no ocurre en verdad en Barcelona. Para aproximarse más a la realidad, los investigadores analizan también otro escenario distinto (ver anexo del estudio) en el que un 60% de los usuarios del Bicing antes se movían en transporte público, un 30% iba andando y un 10% usaba el coche. Con estos nuevos parámetros, el trabajo asegura que el Bicing sigue evitando 10 muertes prematuras.
¿Cómo se traduce a euros estos beneficios para la salud? El estudio publicado en el British Medical Journal no incluye valoración económica, pero los investigadores sí la han calculado, utilizando metodología de la OMS. De nuevo, resulta bastante complejo. Aquí no se cuantifican unos gastos hospitalarios o sanitarios por una enfermedad, sino que se busca dar valor económico a evitar una muerte prematura, o lo que es lo mismo, retrasar un fallecimiento. Podría buscarse una relación con la pérdida de productividad laboral que supone morir a una edad temprana. Sin embargo, como explica Rojas-Rueda, lo que ellos cuantifican es cuánto estaría dispuesto a pagar una persona por evitar morir de forma prematura, teniendo en cuenta la capacidad económica de las familias. Para ello, los investigadores utilizan el dato de referencia dado por la OMS para la región europea: 1,5 millones de euros.
Seguro que las distintas formas de calcular los beneficios del ejercicio físico con la bicicleta suscitan discusión. Con todo, con la metodología empleada por los investigadores, teniendo en cuenta solo los efectos sobre la salud, las hipotéticas diez muertes prematuras evitadas por el Bicing tendrían un valor de 15 millones de euros al año. ¿Qué piensas tú sobre la forma de calcular las externalidades del transporte en ciudad? ¿Crees realmente que la bici pública es cara?
Vía: Blog El País: http://blogs.elpais.com/eco-lab/2011/12/cuanto-cuesta-un-sistema-de-bicicleta-publica.html
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